Judith HAMMOND

ENTREVISTA Lucia Mbomio - FOTOGRAFÍA Laurent Leger Adame - ESTILISTA Zira Rivera

Me encantaría ver a más mujeres negras trabajando como conductoras de autobús.
— Judith Hammond Alonso

Judith Hammond Alonso, nació en Móstoles (Madrid) hace 29 años. Su padre ghanés y su madre santanderina tuvieron seis hijas y una de ellas decidió dar un volantazo en su trayectoria vital y convertirse en conductora de autobús. Pese a que no era un sueño de infancia, su trabajo le ha proporcionado estabilidad, un montón de vivencias y, a día de hoy, le encanta lo que hace.  

Judith es un referente para su hijo y su hija y también para todas aquellas personas que temen ser las primeras, las únicas o de las pocas que trabajan en un sector masculino y blanco y que, precisamente por eso, son observadas con lupa y juzgadas. Ha decidido dejar atrás las críticas malintencionadas y mirar el camino que le queda por delante para seguir creciendo y poder disfrutar de todo lo bueno que está por pasarle.

¿Siempre quisiste ser conductora de autobús?

No, la verdad es nunca fue algo que me llamase la atención desde pequeña. Sin embargo, hace unos años me empezó a picar la curiosidad de saber cómo sería llevar tremendo vehículo. Recuerdo ir andado, ver el típico autobús verde y observar a una chica joven manejándolo, fue entonces cuando me pregunté por qué no podría estar en ese lugar yo, puesto que si ella y muchas otras podían, yo también. Y lo que comenzó como un reto a superar acabó gustándome… ¡y mucho, además!

Se han hecho varias películas y documentales acerca de cómo puede llegar a ser la jornada laboral de unx taxista. Lxs entrevistadxs contaban las anécdotas que vivían a diario y algunas de ellas surrealistas,  ¿a ti qué es lo más raro que te ha pasado trabajando? ¿y lo más bonito?

Todos los días pasan cosas raras y cosas que, aunque a veces cueste creerlas, son reales. A lo largo de la jornada sube y baja muchísima gente y te encuentras con toda clase de personas. Algo que me ha pasado, y me pegué un susto enorme, fue llevarme a una pasajera dormida sin darme cuenta hasta la cochera. Pero hay más, desde conversaciones con pasajerxs y vivencias de lo más normales, hasta un intento de agresión: Se subió a mi vehículo un hombre que previamente ya había agredido a una compañera y quiso hacer lo mismo conmigo. Afortunadamente, un pasajero que se dio cuenta de la situación me acompañó hasta la última parada y menos mal, porque el individuo no quería bajarse. También sufrí acoso, es muy duro pasar por algo así, soy negra y soy mujer y este sector todavía es muy machista.

 Con todo, también tengo días geniales, como cuando personas que he transportado, al bajarse, se ponen a mi lado, me dan las gracias y me felicitan por el buen trabajo que hago. Recibo con mucha alegría sus palabras puesto que se trata de un oficio de mucha responsabilidad y cuando salgo a conducir, lo que pueda pasar en la carretera no solo depende de mí. Que juzguen positivamente mi labor hace que me sienta valorada, más aún considerando que también recibo comentarios que no son nada agradables ni alentadores, como por ejemplo “¡a ver cómo conduce la chica o la negrita!”.  Al escuchar algo así, entiendo que para una parte de la población siempre estaré a prueba. Haga lo que haga tendrán dudas acerca de si estoy capacitada para desempeñar el trabajo, cosa que no les sucede a mis compañeros hombres.

 

A muchas personas negras que hemos nacido o crecido en el Estado español nos sorprendía cuando visitábamos por primera vez Londres o París que quienes conducían los autobuses fueran personas negras, ¿a ti también te ha pasado?

¡Claro! Me pasó exactamente lo mismo cuando viajé a Londres por primera vez y aún no era conductora. Hay un montón de personas negras que se dedican a ello. Aquí, en cambio, he visto solo a hombres y el primero, al padre de mis hijos, luego… a un par más. Está claro que no es algo habitual, pero menos aún ver una mujer negra. De hecho todavía no me he topado que ninguna. Es increíble.

 

¿Y eso cómo te hace sentir?

Como si fuese la única. Puede que no sea así, pero al no ver más… De hecho, yo misma he preguntado a la gente que si ha visto a alguna conductora negra en Madrid y la respuesta siempre ha sido no. Y volviendo a cómo me siento, diría que me resulta emocionante y a la vez extraño.

Imagino que a la gente le llama la atención ver a una mujer negra conduciendo un autobús en Madrid, ¿qué tal lo llevas?

Si, si sorprende y mucho y quien diga que no es por quitarle peso a algo tan evidente. Me di cuenta desde el minuto uno, en cuanto empecé a hacer mis prácticas y me senté frente al volante. Cuando me paraba en un semáforo podía ver cómo se me quedaban mirando. Hasta mi profesor lo notó. Luego, al ir a hacer la oposición para convertirme en conductora y ser la única negra entre 1300 personas, imagina, también fui muy observada. Ya fuera con buena o mala intención, lo que está claro es que tanto hombres negros como personas blancas, me miraban. Todo eso ha tenido como consecuencia que en ciertas ocasiones me haya sentido rara y a veces sola. He llegado a pensar que lo que hacía no era “normal”. Por suerte, eso no se tradujo en que me desviará de mi objetivo, que era terminar lo que me había propuesto. Es más, el hecho de saber que estaba rompiendo patrones, ya que en mi sector o no hay mujeres negras o somos muy pocas,  provocó que fuera más allá y que también hiciera la oposición a la EMT (Empresa Municipal de Transportes de Madrid) algo que, además, me ha permitido tener una estabilidad laboral. Debo decir que estoy superorgullosa de lo que he conseguido sola y sin referentes femeninos negros cercanos.

 

¿Cómo te has preparado tú para lograr ser conductora de autobús?

Ha sido un camino largo. Cuando me saqué el carnet tuve que trabajar en sitios con muy malas condiciones, todo para hace currículum. Con el tiempo, fui metiendo la cabeza en el sitio que quería estar (los autobuses interurbanos) y colocarme en buenas empresas. Cogí mucha experiencia, algo que necesitaba para opositar. Me matriculé en una academia de pago y me pasé un año y pico estudiando mucho. Hice el examen teórico en el IFEMA. Más tarde, le llegó el turno a las prácticas, ya que  también debía pasar una prueba práctica. Después, me hicieron un reconocimiento médico y tuve que hacer un curso. Sin duda, ha sido un sacrificio en muchos aspectos, pero ha merecido la pena.

 

¿Tienes algún consejo para quienes también quieran ser conductoras?

Sí, mi consejo es que lo hagan sin pensar en lxs demás, que no se sientan limitadas porque, a veces, aquello que pensamos nos bloquea y acabamos creyendo que hay trabajos que no son para nosotras.  No caigamos en eso. Preparaos con ganas e ilusión, como lo hice yo, y aunque atraveséis momentos difíciles, intentad disfrutar del camino. Me encantaría ver a más mujeres negras trabajando como conductoras de autobús.

 

Has cumplido un sueño de adulta, pero imagino que tienes más...

¡Por supuesto! Tengo pensado estar un tiempo de conductora y, dentro de unos años, seguir haciendo convocatorias internas para ir ascendiendo de cargo en la EMT. Además de lo anterior, me encantaría poder hacer televisión en el futuro y confío en que así será. Me veo bien posicionada el día de mañana y haciendo grandes cosas. 

Pues te deseo lo mejor. Eres grande.